martes, 15 de septiembre de 2009

Rebeldía, ¿Qué podemos hacer?

Es una etapa en la cual el niño o niña va probando sus límites y los de los demás. Revisemos algunas situaciones complicadas que podrían surgir.

“No le hace caso a nadie” o “A todo responde ¡NO!”

Por supuesto que los niños/as nunca son totalmente desobedientes, pero sí es cierto que hay períodos en que parecen estar más rebeldes con las normas o con las indicaciones de alguno de sus cuidadores. No es raro que existan etapas en que alguien cercano se queje por ejemplo de que “¡A la única que le hace caso es a la mamá!!

Alrededor de los tres años, los niños se fascinan con el efecto que tienen sus ¡no! Y por eso la ocupan sin estar realmente respondiendo a lo que se les pide o pregunta. En este sentido, un ejemplo común podría ser el siguiente diálogo:

- Marianita, ven a ponerte pijama.

- ¡No!

- Marianita, ven.

- ¡No quiero!

Seguramente no es que ella no tenga sueño, sino que disfruta manifestando su autonomía, voluntad y control de la situación

Es importante lograr un clima afectivo y alegre en el hogar, de modo que se estimule la cooperación entre los integrantes de la familia y no la restricción o la oposición.

Los niños/as deben sentirse reconocidos y escuchados pero también es importante que desde pequeños aprendan a escuchar y comprender que mucha cosas no son porque sí, sino que tiene su razón. Por otra parte, es importante que los adultos seamos claros con ellos y que cuando les decimos que sí o que no a algo, siempre acompañemos nuestra respuesta con una breve explicación de nuestras razones.

“Las pataletas”

Al igual que en el apartado anterior, estamos frente a un niño/a que ha descubierto los efectos que tiene su oposición en los demás. A esta edad, suelen tener poca capacidad para aceptar frustraciones o negativas a sus peticiones, entonces hacen pataletas para llamar la atención de los adultos y lograr con ellos su objetivo. Esto le ha ocurrido probablemente al niño que hemos visto con pataleta en el suelo del negocio porque la madre no le ha comprado un dulce. Sucede que la madre se desespera, no encuentra cómo tranquilizar a su hijo. Entonces cede y le compra la golosina. La pataleta se acaba, pero el problema es que este hijo va aprendiendo que con pataletas puede lograr lo que quiere, entonces aumenta la probabilidad de que las repita cada vez que considere que no se hace lo que él quiere.


Al llegar a los cuatro años la intensidad de las rabietas comienza a disminuir poco a poco y el niño/a aprende a expresar de mejor manera lo que necesita y piensa.

Es importante enseñar a los niños/as desde pequeños que con las pataletas no se consigue nada y que no se puede hacer o tener todo lo que se quiere. Algo recomendable en este sentido es tratar de no prestarles atención mientras están alterados y luego reconocerlos positivamente cuando se han calmado y se puede conversar sobre lo sucedido.

“No quiere comer”

Sucede que a partir de los tres años, hay niños/as que presenta muchas dificultades a la hora de comer, lo cual puede resultar muy frustrante y agotador para el adulto que intenta alimentarlo.


- Oscar, cómete la comida, que está rica y te hace bien.

- Mm mm (Oscar dice "no" con la boca muy cerrada y juega con la cuchara)

Con esta actitud, Oscar está llamando la atención de su papá que le quiere dar la comida, pero con una conducta que es negativa para su bienestar nutricional y relacional. El pequeño no sólo está alimentándose mal sino que puede generar sentimientos de rabia, pena o frustración en su papá. Son variadas las posibles causas que hay detrás de negarse a comer; algunas de ellas pueden ser:
  • La voluntad de ejercer control de si mismo y el entorno. Tal como lo mencionamos anteriormente, el niño está usando su autonomía recién descubierta.
  • Podría ser que el niño/a se sintiera falto de afecto y estuviera buscando llamar la atención con conductas desadaptativas. En este caso es importante mejorar la relación y las demostraciones de afecto entre ambos. También se sugiere ignorar la conducta inadecuada de no querer comer para que el niño aprenda que esa no es una buena forma de atraer al papá, en este caso.
  • Falta de hábitos alimenticios adecuados. Las comidas deben tener un horario relativamente estable (el niño/a no tendrá hambre si come regularmente a deshora), espacio adecuado (si es frente al televisor, puede desconcentrarlo de la comida), etc. También es importante darle importancia pero no sobre estimular esta actividad con muchos bailes, juegos y cantos que finalmente terminan distrayendo al niño/a.

Es importante que el niño/a comprenda que no puede controlar esta situación. En caso de que las dificultades persistieran, se debe consultar a un profesional

"¿Cómo prevenir y manejar las rabietas?"

  • Cuando le pidas a un niño/a que haga algo, utiliza un tono amistoso y solicítalo como una invitación más que como una orden. También ayuda decir “por favor” y “gracias”.

  • No sobre reaccione cuando él diga que “no”. Durante algún tiempo, ésta puede ser su respuesta automática a cualquier petición u orden y más que negarse a tu petición, es probable que esté jugando y probándose a si mismo.

  • No recurras nunca al castigo corporal. Los golpes nunca son una buena estrategia para enseñar a los niños/as, ya que aprenderán a tener respuestas violentas si perciben que los adultos las utilizan.

  • Evita las situaciones que han iniciado una confrontación en el pasado.

  • Recompensa el buen comportamiento con afecto.

Alejandra Villagra Muñoz

Directora Colegio San Fernando Chillán Viejo.

Educadora Diferencial Audición y Lenguaje.

Trastornos Específicos del Aprendizaje

Deficiencia Mental e Integración Escolar

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